Sin pantalones
La situación en el encuentro entre Provincial Osorno y Provincial Ranco fue dirimida de una manera poco ortodoxa y poco caballerosa, incluso, lo podemos catalogar de «cobarde», ya que la instancia definitoria de la determinación post apelación de los toros fue por votación de los clubes participantes.
Por: José Ángel – @poetadelrelato
¿Para qué hay una Comisión de Ética y Disciplina?
Lo que aconteció en la última instancia del caso Provincial Osorno – Provincial Ranco no sé en que lugar puede calificar. Si la intención de los mandamases de la sede de Sazié era «lavarse las manos» para estar bien con Dios y el Diablo, creo que esto pasó a través de una conducta altamente irregular y como mencioné anteriormente, miedica.
La comisión tiene una función, tomar decisiones; pero si sienten que no pueden hacerlo ¿para qué están allí?
¿Acaso el flujo de incompetencia es tan grande en la propia institución?
Lo que acaba de pasar en los últimos días es un acto de irregularidad y cobardía propio de una institución que no sabe como actuar ante momentos de presión.
Ceder la pelota a los clubes y que poco menos queden mal entre ellos habla de una tendencia que no es nueva dentro de la misma ANFA. No es una novedad que salgan corriendo o dejen todo en manos de los participantes cuando les parece altamente conveniente a diferencia de otras determinaciones en que deberían tener voz (como por ejemplo, la elección del presidente de ANFA Tercera División).
Pero vamos al artículo 23 de bases del certamen, ya que es clarísimo:
El directorio de la división aplicará las sanciones contempladas en las presentes bases, como asimismo en el reglamento vigente de ANFA, cuando correspondan. Según lo informado por la Comisión de Ética y Disciplina de la División luego del debido proceso. Los clubes deberán dar cabal cumplimiento a las sanciones aplicadas.
En ninguna parte habla de una situación extraordinaria que conlleve a lo que acaba de suceder en la resolución que entregó los puntos a Prov. Ranco. No se habla de que en una posición pusilánime de la institución sean los miembros partícipes de la categoría en cuestión quienes por votación abierta estimen resolución.
¿Acaso el directorio necesita pañales para hacer valer las bases?
Hay un caso grave de infracción a la misma reglamentación redactada por ellos mismos (si es que no se corresponde a un descarado «copiar y pegar» con la inclusión de la situación pandemia), lo que en buen chileno se conoce como «un escopetazo en los pies» o «resbalar en sus propias babas».
«Detrás de la cruz siempre está el diablo».
Refrán popular
Por lo que nuevamente, cuando pudieron hacer las cosas bien, una vez más todo sigue siendo una porquería.
¿Acaso se necesitan más pruebas para que cambien las cosas?